miércoles, 29 de mayo de 2013

Alfonso Guillén Zelaya

Alfonso Guillén Zelaya nació el 27 de junio de 1887 en Juticalpa, Olancho, y fue durante medio siglo un ciudadano del mundo, periodista, intelectual, cosmopolita y sensible observador del hombre y su entorno. Fue el único varón de los seis hijos procreados por el señor Miguel Guillén y la señora Jesús Zelaya.

En su ciudad natal hizo los estudios de primaria y secundaria, trasladándose luego a la capital para cursar la carrera de Ciencias Jurídicas y Sociales. Un trágico incidente en el que se vio envuelto, del que no se precisan mayores detalles en los libros de texto, le impidió culminar su carrera. Así, el Derecho perdió sin duda a un brillante abogado, pero el país ganó a un imbatible periodista que fue dolor de cabeza para las transnacionales, acostumbradas a mover con un dedo las leyes a favor de sus intereses.

EL TACOMA Así llamó Guillén Zelaya al primer diario bajo su dirección, en su querida Juticalpa. Sin duda, su labor más trascendente estaba por venir, pero es aquí donde empiezan sus primeros escritos, que irán cobrando fuerza con el tiempo.

En 1913, llega por primera vez a Guatemala, desde donde envía al gran Froylán Turcios sus composiciones, que son publicadas cada mes en el Ateneo de Honduras. Escribe además para el Nuevo Tiempo, de Guatemala. En 1915 trabaja en el consulado hondureño en Nueva York, con un salario inicial de 75 dólares, insuficientes para vivir, según una carta que envía a sus parientes.

Al finalizar en 1918 la primera Guerra Mundial, Guillén Zelaya integra junto a Rafael Heliodoro Valle la delegación hondureña en la Conferencia de Versalles, Francia, que preside Policarpo Bonilla. En 1921 deja Estados Unidos y regresa a Guatemala como Jefe de Redacción de Diario Nuevo, del que luego es nombrado director.

Es derrocado en aquel país el presidente Carlos Herrera y Guillén Zelaya, fiel al espíritu que lo acompañará toda su vida, redacta el documento de protesta que los periodistas presentaron al Congreso Nacional.